Las luces halógenas tienen filamentos de alambre de tungsteno muy finos que emiten luz al calentarse. Lo que un falso movimiento en la forma de instalar un foco puede influir en la vida útil de las bombillas. A continuación, te detallamos las principales causas:

 

1. Vibración: La vibración causada por la conducción en carreteras irregulares y baches puede reducir la vida útil del filamento, ya que estos filamentos son sensibles a las sacudidas.

2. Temperaturas extremas: El calor es necesario para que el filamento del faro emita luz; sin embargo, cuanto más caliente se pone, menos duradero es. Si conduces regularmente de noche o en una jurisdicción que requiere luces de circulación diurna, el filamento se calentará a una temperatura más alta, lo que puede causar su rotura prematura. En climas fríos, los filamentos también se vuelven más frágiles y susceptibles a la rotura.

3. Encender los faros antes de arrancar el automóvil: Al encender tu vehículo, ya sea girando la llave o presionando el botón de arranque, muchos vehículos desvían la energía eléctrica de los accesorios para entregar la máxima potencia al motor de arranque. Si enciendes los faros antes de arrancar, las luces se apagarán y volverán a encenderse cuando arranque el motor. Este rápido ciclo de encendido y apagado puede acortar la vida útil de la bombilla del faro.

4. Filtración de agua en la carcasa: Cualquier señal de condensación dentro de la carcasa del faro puede indicar que el agua está ingresando en ella. El agua y la electricidad no se mezclan bien; la condensación puede causar un cortocircuito que provoque una falla. Además, la condensación que entra en contacto con una bombilla caliente puede hacer que esta se rompa.

 

 

Es importante mantener los focos de las luces en buen estado. Si notas que no funcionan correctamente o que la intensidad de la luz ha disminuido, lleva tu vehículo al taller para una revisión. Conducir de noche con luces deficientes puede ser peligroso.