Hasta hace un par de años, era más fácil escoger un vehículo de acuerdo a su capacidad de motor, o elegir entre gasolina y diésel. Hoy en día, esa variedad de motores y tecnologías es mucho más amplia y hace que se dificulte el proceso de elección del mismo, a la hora de realizar una compra. En este artículo te mostraremos algunos características que pueden ayudarte a decidir.

Motores de gasolina

Los motores a gasolina siempre fueron muy populares comparándolos con los de motor diésel. Lo cierto es que no gastan tanto como el común de la gente piensa, son bastante fiables y ofrecen un grado de conducción superior luego de la popularización del turbo. Se pueden categorizar en 3 grandes grupos: menos de 1 litro, entre 1,0 y 2,0 litros, entre 2,0 y 3,0 litros y más de 3,0 litros. Un buen dato para saber es que, para aquellos que tienen un kilometraje moderado, en el caso de motores chicos, no tienen mucho consumo, ni gasto de presupuesto.

  • Motores de hasta 1.0 litros

Los motores de 1.0 litros suelen tener hasta tres o cuatro cilindros y en ocasiones llegan a tener un turbocompresor para darle más potencia. Podés encontrarlos por lo general en vehículos de circulación urbana o en vehículos de tamaño medio como los que poseen una potencia de hasta 125cv. Su consumo es bajo, lo que prácticamente te obligará a circular más despacio y con esto tendrás un menor grado de respuesta. Si lo que estás buscando es gastar poco en combustible, este será tu auto ideal, ahora si lo que buscás es llevar varios pasajeros, te recomendamos un vehículo de tamaño mayor.

  • Motores de 1.0 a 2.0 litros

Actualmente son los más populares y como habíamos mencionado, estos sí son apoyados por un turbocompresor. Su rango de potencias es variado y encontrarás estos motores en todo tipo de vehículos. Su mayor ventaja es la calidad de prestaciones que ofrecen, consumo y agrado de uso.

  • Motores de 2.0 a 3.0 litros

Las ventajas de tener un vehículo con mayor cilindrada, afecta principalmente en el nivel de confort en marcha ya que aportarán una sensación de calidad y giros más refinados. Una mayor cilindrada, a veces implica tener más de cuatro cilindros y quizás se requieran cinco o seis.

  • Más de 3.0 litros

Por lo general, este tipo de motores se encuentran en los SUV de alta gama y en aquellos que poseen un rendimiento más rápido. Pueden llegar a requerir de seis a doce cilindros y su principal cualidad es que su potencia se entrega con mayor soltura generando una sensación de mínimo esfuerzo.

Motores diésel

En el caso de los motores diésel, se pueden dividir casi en los mismos grupos, pero con la diferencia de que no hay prácticamente motores de baja cilindrada en el mercado. Se sabe que los motores diésel de 1,6 litros que poseen una potencia de entre 100 y 120 cv, se han convertido en el pilar de muchas SUV de tamaño medio y los de 2.0 de entre 150 y 200 cv son la opción más frecuente en la mayoría de los modelos más grandes. En el caso de que seas un conductor que suele realizar muchos kilómetros, te recomendamos aquellos motores diésel de 3.0 litros, seis cilindros y potencias que superen los 250 o 300 cv, ya que su consumo y rendimiento son lo más interesante para este tipo de conducción.

Motores eléctricos

Los motores eléctricos son atractivos para aquellos conductores que conocen sus hábitos de manejo, sepan programar sus viajes y que no tengan que depender de cargadores externos. Lo ideal, es disponer de un garaje privado y de una toma de corriente adecuada, a ser posible con instalación y cargador de potencia intermedia (entre 5 y 11 kW).

 

motores
Son vehículos para andar cómodamente en la ciudad.

 

Motores híbridos

La hibridación se puede dar en tres niveles y queremos explicarte detalladamente qué es lo más recomendable en cada situación para que a la hora de comprar, te quedes con la que se ajusta más a tu perfil. Por lo general este tipo de conducción le es más útil a aquellos que realizan un uso urbano o de velocidades bajas.

Esta se puede dar en función de cuánta potencia aporte el motor eléctrico al sistema de propulsión, al tamaño de la batería o para reducir el consumo del carburante o si es necesario, usar el modo eléctrico para desplazarse en recorridos cortos.

  • Microhibridación

De todas, es la variante más sencilla. Suele ocurrir que hay momentos en los que el vehículo recupera energía al perder velocidad, es decir, al levantar el pie del acelerador, la almacena en una batería pequeña y cuando es necesario la aporta en forma de motor brindándole ayuda al motor térmico para que aporte menor potencia a la hora de mover el vehículo.

  • Hibrido no enchufable (HEV)

El motor eléctrico está diseñado para reducir el consumo en las circunstancias más desfavorables para el motor térmico, como lo son las arrancadas y los desplazamientos a baja velocidad en la ciudad.

  • Híbrido enchufable

Son vehículos para un tipo de conductor bastante específico. Es decir, le son suficiente a aquellos que durante la semana lo utilizan para pequeños y medianos recorridos pero que no están exento de salir de viaje en algún momento sin depender de un cargador, para lo que cuenta con el motor térmico y un depósito que suele dar entre 250 y 400 km de autonomía adicional.

  • Híbridos bi-fuel

A los vehículos que poseen un motor térmico que pueden funcionar con dos tipos de carburante también se los considera híbridos, y suelen ser de dos tipos: los gasolina más GLP (gas licuado del petróleo) y los gasolina más GNC (gas natural comprimido). En ambos casos llevan dos depósitos y dos tomas de repostaje, una para el combustible líquido y otra para el gas.

 

Si te interesó este artículo, podés encontrar más información en nuestra sección de blog. ¡Ahí encontrarás más temas que pueden ser de tu interés!